http://www.tarifaweb.com/aljaranda/num48/art2.htm Sobre los orígenes históricos de Facinas Juan José Álvarez Quintana INTRODUCCIÓN La inexistencia de investigaciones sobre el pasado de Facinas contribuyó al surgimiento de dos hipótesis acerca de su nacimiento, atribuido bien a los repobladores cristianos llegados tras la toma de Tarifa, bien a ciertos temporeros malagueños que acabarían asentándose y fundando el núcleo (1). No obstante, a raíz de la labor realizada por Gaspar Cuesta Estévez a comienzos de los años noventa (1), se observa un enriquecimiento notable de este panorama. Él se ocupa de dos topónimos estrechamente relacionados con la población: el propio nombre de ésta y el que recibe el sector "más horizontal" de la misma: Vico. Basándose en la etimología de este último Cuesta apunta la presencia de población en el lugar ya en la Antigüedad. Propuesta que complementa por la cercanía a una vía clásica procedente de Algeciras y más concretamente al desvío de la misma que se dirigía a Baelo Claudia. Por su parte, al analizar el topónimo Facinas presenta dos referencias al lugar en documentos datados en 1154 y 1344 (obras del ceutí Al Idrisi y Libro de la Montería de Alfonso XI respectivamente), referencias a partir de las cuales se abren unas perspectivas de sumo interés. Se contempla de un lado la existencia de un enclave medieval anterior a la reconquista de Tarifa. De otro, podemos inferir que la reconquista no ocasiona la despoblación del núcleo al menos hasta 1344. Este breve pero alentador discurso es el motor de un trabajo que venimos confeccionando en los últimos años. No obstante, en estas páginas nos centraremos exclusivamente en aquellos indicios a partir de los cuales podemos situar hoy día los orígenes históricos de la población (2). Abordar el análisis de los documentos medievales y especialmente la problemática existente en torno a la relación de Facinas con la alquería idrisiana, ha sido una labor ardua cuyos resultados esperamos presentar en breve. LA ANTIGÜEDAD: VICO Y FACINAS A diferencia de lo que ocurrirá en la Edad Media, no contamos con ninguna referencia documental a la población para este momento. Los elementos a partir de los cuales se ha apuntado la existencia de población en el lugar durante la Antigüedad, son los presentados y estudiados por Gaspar Cuesta Estévez. El filólogo tarifeño ve en Vico un indicio en cuanto a la existencia de "algún tipo de poblamiento romano, visigótico o mozárabe", estableciendo una relación directa con una de las modalidades de poblamiento rural romano: el vicus. Aunque todavía no se han realizado trabajos arqueológicos mediante los cuales contrastar sus hipótesis como él mismo plantea, creemos que existen elementos toponímicos y arqueológicos capaces tanto de apoyar su viabilidad como de abrir nuevos caminos a la investigación. Comenzando con la toponimia, un refrendo a estas propuestas lo encontramos en las palabras de quienes han apuntado el origen latino del topónimo Facinas. El propio Cuesta Estévez se pronuncia al respecto (3), tal y como previamente hicieron Amado Alonso (4) y García de Diego López (5). La posible existencia en ese caso de dos topónimos que tienen su origen en la Antigüedad (Vico y Facinas) y que designan a solares yuxtapuestos, nos ha llevado a barajar diversas hipótesis. Pero antes de plantearlas vamos a realizar algunas precisiones en torno al origen del topónimo Facinas. Juan Quero González (6) lo hace derivar de hacina (haz de trigo) y apunta como grafía correcta "Fascina". Cuesta se hace eco de dicha hipótesis, proponiendo como teoría más lógica la derivación a partir de "FASCINAS" (montones de haces de trigo). Estos planteamientos, aun con toda su coherencia, creemos que están doblemente condicionados por la relación que estableció el Hno. Leandro Olalla entre Facinas y el pueblo burgalés Hacinas (7). Así, tras cotejarse ambas propuestas (en cuanto al étimo de los topónimos) y reforzarse por tanto la idea de Juan Quero, parecen desestimarse otras alternativas. Por otra parte, detrás del eco de tal hipótesis puede existir una clara intencionalidad de relacionar el étimo del topónimo y el nacimiento de la población, con la importancia de la agricultura cerealista y la actividad panadera en Facinas, fosilizada la del pasado en la existencia de cinco molinos de agua ya abandonados. Dejando por tanto a un lado estos elementos que consideramos condicionantes, decidimos buscar otras alternativas al étimo apuntado por dichos autores, hallando una respuesta distinta al establecer una hipotética relación entre la terminación del topónimo Facinas y el sufijo -ana (8), que en latín denota pertenencia o posesión. En esta línea cabía pensar que el origen del topónimo se encontraba en un antropónimo y rastreando la suerte de topónimos similares hallamos dos casos en la provincia de Granada. El primero de ellos nos lo ofrece Seco de Lucena Paredes (9), quien recoge el topónimo "Faucena" (cortijada del término municipal de Iznalloz). Este autor se limita a decir que es versión árabe de otro anterior, siendo Menéndez Pidal quien al tratar dicho topónimo reproduzca la idea de Schulze de ver su origen en el antropónimo "Faucius" (10). Peinado Santaella nos ofrece las distintas grafías con que aparece en documentos medievales y modernos, siendo de gran interés en relación al caso que estamos estudiando: Faucena, Fauzina, Favzina, Fazina y Fanzina (11). El segundo de los topónimos granadinos en cuestión es "Faugena". Asenjo Sedano, quien lo hace derivar de "Faucius", apunta como su grafía antigua era "Fauçena" (12). La investigación sobre el origen del topónimo Facinas, nos lleva pues a situar el étimo en el antropónimo "Faucius" (circunstancia que hacemos extensible al caso de Hacinas). En este u otro contexto, está claro que la conservación de la f-inicial se debe a que la llegada de los cristianos a la región no se produjo hasta finales del siglo XIII. ¿Hubo dos núcleos poblacionales de hispanorromanos en el solar que ocupa hoy Facinas, como puede pensarse ante la existencia de dos topónimos latinos? La respuesta a esta cuestión no es nada fácil, porque si de un lado la arqueología aún no ha comenzado a incidir en la investigación, de otro nos estamos moviendo en dos planos temporales distintos: nuestro presente, totalmente concreto y el "pasado", sin que puedan realizarse mayores precisiones. La existencia de dos topónimos relativos a lugares muy cercanos, nos lleva a pensar sin embargo en una relación de complementariedad: ¿acaso han quedado fosilizadas dos dimensiones de una misma realidad, la parte material del asentamiento (a la que haría alusión el topónimo Vico) y la denominación de dicho enclave (derivación de la cual sería el actual nombre del pueblo)? Si bien no es posible abordar esta hipótesis desde la certeza de la sincronía, es muy interesante observar la relación espacial que se percibe hoy día. Actualmente el topónimo Facinas se solapa al de Vico. Por ello, si la relación propuesta realmente existía en la Antigüedad, la dislocación espacial actual sería el reflejo de un traslado poblacional junto al cual se produjo el traslado de la propia denominación del asentamiento original. ¿Puede perfilarse en cualquier caso el carácter de este supuesto enclave original a la luz de la toponimia? Cuesta Estévez plantea una clara posibilidad al respecto cuando habla de la existencia de un vicus. Ciertamente podríamos estar ante un vicus cuya denominación hiciese referencia a su fundador (vicus Fauciana) y situado en uno de los pagus de Baelo Claudia. El vicus es una modalidad de poblamiento menor de la que se han diferenciado varios tipos partiendo de la Historiografía clásica. De tal modo, es muy difícil precisar el carácter de un núcleo como el que estamos intentando analizar sin contar con fuentes escritas referidas al mismo. El tamaño de un vicus podía ser muy variable, pudiendo tratarse bien de una agrupación de casas, bien de un poblamiento más o menos disperso. La conservación del topónimo Vico puede indicar que efectivamente no se trataba de una villae dentro de un fundus o propiedad privada, hipótesis esta que sí podría barajarse a la luz de la existencia del topónimo "Arroyo de Facinilla" a unos 1.500 m. del pueblo (13). ¿Procede la denominación de este arroyo del nombre de una villae cercana y enclavada en el fundus de Faucius? Volviendo a la cuestión de Facinas y Vico, existen indicios arqueológicos muy interesantes que avalan la presencia de hispanorromanos en el lugar: las tumbas antropomorfas talladas en arenisca. Uwe Topper (14) relaciona tales estructuras con el arte rupestre. Nosotros sin embargo no creemos que exista una relación más allá de la proximidad espacial ciertamente detectable en algunos casos. Hablar de una relación temporal y cultural sobre la base de la proximidad, es negar que en un territorio quedan plasmadas las huellas de gentes y culturas distintas. ¿Cómo se explicará si no dentro de mil años la presencia de restos del presente en las ruinas romanas de Casas de Porro sobre las que aparcan los windsurfistas? Si es que para entonces se conservan, claro. Estas sepulturas no pueden relacionarse por más tiempo con una coyuntura que no sea la crítica que envolvía al imperio romano de Occidente. Romero de Torres dice haber hallado cerámica romana en algunas de estas sepulturas (15) y es probable que en ocasiones se cubrieran con tégulas (16). Lo cierto es que su presencia en las cercanías de Facinas supone de entrada un complemento a la hipótesis de la existencia de un poblamiento durante la Antigüedad en el lugar, llámese en este caso concreto tardorromano, visigótico, de la Antigüedad Tardía, Tardo-antiguo o Alto-medieval. La ubicación de dichas tumbas resulta muy interesante, porque sólo una de ellas se halla cercana a Vico. El resto se encuentran diseminadas en los comienzos de la falda de la sierra, cuando junto a la más próxima a Vico existen rocas aparentemente aptas que no se trabajaron. Este hecho puede reforzar la hipótesis de un traslado poblacional previo a la llegada de los musulmanes. El problema es que la distancia que separa a estas tumbas de los asentamientos con los que pueden relacionarse es muy variable y por tanto no puede plantearse con total garantía que estas estructuras denoten una ocupación poblacional anterior a la llegada de los musulmanes en la parte superior de la falda de la sierra. Es decir, habría que demostrar la existencia de otros usos en este sector más allá de las actividades funerarias y agropecuarias durante los siglos de dominio romano. No obstante, tanto la búsqueda de mejores defensas naturales como la progresiva implantación de economías autárquicas, son circunstancias que pueden explicar la aparición de este tipo de hábitat más serrano a finales de la Antigüedad. Otro punto destacado a la hora de hipotetizar la existencia de un enclave clásico en Facinas, elemento que contempla Gaspar Cuesta Estévez a la hora de formular su hipótesis sobre Vico, es el discurrir de la calzada romana de interior procedente de la Bahía de Algeciras. Para Gonzalo Arias se trataría de la vía Heraklea o vía VI del Itinerario de Antonino (recopilación de caminos que data de la última década del siglo III d. C.). Según este investigador discurriría al norte de las sierras de Saladavieja, Ojén y Luna (17), continuando luego en dirección norte. Desde dicha vía saldrían empalmes para Baelo y Mellaria, circunstancia en la que se apoya Cuesta Estévez para contrastar su hipótesis. Frente a dichos investigadores Ramón Corzo Sánchez y Margarita Toscano San Gil (18) opinan que la vía VI discurre cerca de la línea de costa. No obstante, contemplan la existencia de una calzada interior procedente de Algeciras y sitúan como Gonzalo Arias un cruce de caminos cerca de Facinas (19). En definitiva, la cercanía del núcleo a la vía de comunicación es ciertamente un elemento clave para comprender la existencia de un vicus antes que una villae, en el lugar hoy llamado Vico. ¿Pero es una circunstancia que amortigua per se el impacto de una hipótesis alternativa a la expresada sobre la existencia de dos topónimos de etimología latina y según la cual cabría contemplar la existencia paralela de un vicus cuyo nombre no ha llegado a nuestros días y de una villae situada en la parte superior de la falda de la sierra, cuya denominación hacía referencia al titular del fundus en el que se encontraba (Faucius = Fauciana)? En el futuro habrá que desestimar pues una de estas dos posibilidades en torno al carácter del poblamiento durante la Antigüedad: 1.- Existencia de un núcleo original en Vico cuya denominación hacía referencia a su fundador y localizado dentro de un pagus que comprendía un enclave menor cerca del Arroyo de Facinilla. 2.- Coexistencia de un vicus de nombre desconocido localizado en Vico y de un fundus cercano cuyo centro era la "villae Fauciana" pero que comprendía al menos una villae de menores dimensiones (Faucianilla). La hipótesis del traslado poblacional está supeditada a la opción que habrá de validarse. No obstante, es lógico pensar que cuando estemos en disposición de contrastar estas hipótesis habrá que tener en cuenta condicionantes que hoy día no pueden barajarse sin correr el riesgo de caer en divagaciones imprecisas. CONCLUSIONES Hemos visto que las evidencias más antiguas acerca de la presencia de población en época histórica, hay que buscarlas efectivamente en la toponimia menor a falta de estudios de carácter arqueológico. Sólo desde la Arqueología podremos conocer la forma de vida de estos antiguos pobladores del entorno y, sin duda, llegar a saber si realmente se trataba de una fundación ex novo o por el contrario existía un enclave indígena en el lugar. |