YO FUÍ LAVANDERA DE LA MESTA


¡LO HEREDE DE MI MADRE ¡

Yo fui una de ellas...... una de las últimas.

Pocas quedamos pero un homenaje nos merecemos.

Las que quedamos y las que están en los Cielos.


El jabón verde y las manos hacían el trabajo mas duros golpeando la ropa sobre la losa o restregándola entre sus manos, el agua limpia le daba pureza y blancura a la ropa que se lavaba

Generación tras generación el lavadero de la Mesta fue para las mujeres de nuestra época un lugar de charlas de risas, de cantos, de penas y por que no de “chismorreillo” del pueblo que de todo había.

Las nuevas tecnologías acabo con ese rinconcito donde las lavanderas de la Mesta

lavaban y tendían


Me tocó ser la que se encargaba de la ropa de mi casa, cinco machos y albañiles todos así que la ropa era a diario, ropa de tela dura y con restos de cal y cemento.

Estaba mas tiempo en la Mesta que en la casa, todo el tiempo lavando, tendiendo y el resto en el camino de la casa a La Mesta.

El mismo trabajo que hacia mi madre, madre de 9 hijos, que con los embarazos y con los hijos pendiente de ella debió la pobre de pasar muchos sacrificios, pero a Antonia la Rubia no le quitaba nadie la risa en su cara, era muy alegre, ¡yo no la conocí ¡

Mis recuerdos de la Mesta están siempre acompañada de mis compañeras, la mayoría mayor que yo, Luz Pomares, Antonia Corrales, Isabel Trujillo, Luz Camacho, Ana y Francisca Camacho, Beatriz la del “Sindico”.

Pero la que siempre estábamos juntas lavando éramos Lolichi la de Antonio Paz y yo, éramos las cenicientas de nuestras casas, las hermanas mayores ni se acercaban para ayudarnos, ellas blancas y nosotros negras de darnos el sol todo los días, y cuando era invierno carreras y para recoger la ropa y sin sitios algunos donde cobijarnos, cargada de ropa íbamos y volvíamos a veces con el cántaro lleno de agua fresca cristalina

La Fuente de la Mesta era también un paso de todo aquel que iba o venia de Saladavisiosa, unos se paraban y charlaban un rato y otros solo daban las buenas tardes o buenos días y seguían su marcha, ¡cualquiera se metían con las mujeres que estaban en ese momento lavando¡ se ponían colorado y agachaban la cabeza, otros menos simpáticos “gruñían” al pasar por la fuente, pues no era saludar lo que hacían.

Pasaba mas tiempo en tu suelo que en la casa mía, solo hacer mandados y en lavar ropa me pasaba el día pues cinco albañiles en la casa así lo requerían.

Mesta mía, Mesta mía……

Fuiste el rinconcito de mis penas y de mis alegrías,
pase toda mi juventud con tu aguas limpias y cristalinas,
con tu frescura calme mi sed, y lave mis lágrimas
y con tus piedras desahogué muchas veces mi rabia.

Escuchaste las canciones que de mi boca salían,
¡el cantar del Ruiseñor imitar quería¡

Te conté mis sueños que quería se realizaran algún día
pasando el tiempo, mientras lavaba la ropa y al sol tendía

Con el paso de los años no ha conseguido
en mi mente borrar aquellos días,
en que las Lavanderas de la Mesta en tu charca
lavaba y tendían.,

El arrullo de tus aguas al salir de las entrañas de la tierra,
el trinar de los jilgueros, el croar de las ranas,
el tenue suave de las hojas de los árboles mecida por el viento,
sonaban como una música encantadora,
aun me sirve al recordarlos de calma en mi vida en muchos momentos.


Me marche de tu lado cuando tus aguas, para lavar ya no querían.
Seguía siendo fresca y cristalina pero nadie ya te quería
como cuando las Lavanderas de la Mesta te hacían compañía.

He paseado por toda España tus recuerdos, mis ilusiones
aquella que te conté en mi juventud algunos de aquellos días

Vuelvo con dos hijos y tres nietos que son mis alegrías

Han pasado cuarenta años que tu agua no bebía
al beberla de nuevo me has devuelto la alegría y el
recuerdo de aquellos días de mi juventud perdida.

Le tengo pedido a mi esposo e hijos que mis cenizas, sobre tu suelo sea exparcidas, para que con el viento sobre las hojas de los árboles sean mecidas.

Ahora te pregunto:
¿Porque estas tan triste Mesta mía….?
que pena me da el verte tan triste
y sin alegría
¿Que han hecho de ti?

¡MESTA………. MESTA MIA………¡

 

María Rosano Jiménez